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Capítulo 1º

1.3/ La Emancipación y El Condenado: Marx contra Bakunin

Cuando Fanelli arribó a España era portador de los Estatutos de la Alianza Internacional de la Democracia Socialista fundada por Bakunin en 1867, junto con los propios de la Asociación Internacional de Trabajadores. A su regreso, Bakunin le reprocharía el no haber hecho distinción entre ambos y haber hablado de ellos como si de la misma cosa se tratase [269].

Lo cierto es que junto a núcleos organizadores de la Internacional se formaron también núcleos aliancistas. Pero como confesarían más tarde a Lorenzo algunos miembros que habían permanecido fieles a ella a pesar de su supuesta disolución, «se había dejado creer que la Alianza había sido disuelta para mejor asegurar su existencia y funcionamiento, y gracias a ella, la Internacional existía aún en España, conservando la pureza de sus ideales. [270]»

¿Certifica esto el reproche de Bakunin a Fanelli? Creemos que los aliancistas españoles tuvieron siempre muy claro el papel de esta organización en el seno de la Internacional. Al menos así parecen demostrarlo los hechos posteriores [271].

No es nuestro objetivo seguir con detalle las vicisitudes que llevaron al enfrentamiento radical entre Marx y Bakunin, el cual desembocó en la expulsión de éste en el congreso de La Haya y como consecuencia la escisión entre partidarios de uno y otro [272].

Trataremos únicamente de analizar los dos periódicos - ambos de Madrid - en los que se centró la polémica en nuestro país.

La Emancipación surge estando parte del Consejo Federal en Lisboa [273]. Al recibir el primer número, Lorenzo reconoce un escrito suyo que aparecía como programa (57) [274]. Efectivamente en sus declaraciones no se diferenciaba en nada de su antecesor La Solidaridad; sus principios eran prácticamente los mismos que los de los aliancistas. Resumiendo, fue un periódico bakuninista en sus orígenes.

Si fue la llegada de Paul Lafargue a España, huyendo de la represión en Francia después de los sucesos de la Commune, lo que originó el cambio de tendencia hacia posiciones marxistas o «autoritarias», o bien fueron otras las causas que están en el origen, poco importa.

Nettlau ha realizado un estudio - quizá excesivamente apasionado, pero, desde luego, riguroso - de las intrigas de Lafargue en nuestro país y en general de toda la literatura marxista en contra del anarquismo a raíz de aquellos hechos [275].

Para este autor sería Lafargue quien movió los hilos de la intriga pues «tenía la ambición de superar esa denuncia oficial contra la Alianza [la del Consejo General], de ser el primero en descubrir una sociedad secreta en el seno de una sociedad que lo había recibido amistosamente. [276]»

Para Flaquer fue el descubrimiento, por parte de su cuerpo de redacción, de las manipulaciones aliancistas lo que haría que se tornase «inmediatamente un seguro y fiel servidor así como un defensor acérrimo de la línea marxista dimanante de Londres. [277]»

De Lafargue podríamos decir lo mismo que hemos dicho al referirnos a Fanelli. Su influencia fue efectiva en la medida en que encontró - aunque solo fuera en germen - un núcleo que ya se había decantado hacia una postura cercana a las que Lafargue defendía.

Efectivamente - como bien señala Flaquer - «se puede afirmar que ya en los últimos meses de 1871 se denota un constante e ininterrumpido giro en las posiciones teóricas e ideológicas del periódico. [278]»

El Condenado sale a la palestra el 21 de enero de 1872. Termes opina que apareció «con el objeto de contrarrestar la campaña favorable al Consejo General iniciada por La Emancipación. [279]» Flaquer por su parte afirma que aquél surgió para combatir a éste [280].

Sin embargo los hechos no parecen confirmar tales asertos. En la primera etapa de El Condenado que se extiende entre enero y abril de 1872 fecha en que debe suspender - seguramente por problemas económicos [281] - a pocos días de la celebración del 2º Congreso de la FRE (Zaragoza), no hemos encontrado ni un solo ataque a La Emancipación. Antes al contrario sale en su defensa cuando El Argos delató a aquella por un artículo de fondo publicado en el número del 28 de enero de 1872 [282].

Se mostró en todo conforme con el Manifiesto del Consejo Federal en contestación a la circular de Sagasta poniendo fuera de la ley a la Internacional [283] Tampoco hizo ninguna clase de comentario a la expulsión del consejo de redacción de La Emancipación - Mesa, Mora (F.), Lorenzo, Pagés, Iglesias y Pauly, miembros además del Consejo Federal - por la federación local madrileña [284].

Cuando El Condenado reaparezca el 8 de julio lo hará esta vez «en cumplimiento de un sagrado deber que las circunstancias porque la Asociación Internacional de los Trabajadores atraviesa en estos momentos, impone a todos los que, a más de pertenecer a nuestra grande y querida Asociación, se han hecho de sus fines, que son la emancipación no solo política, sino económica y social de todos los individuos, su única religión.[285]»

En el intervalo en el que la publicación estuvo suspendida los hechos se habían precipitado. El Congreso de Zaragoza [286] anuló las expulsiones, llegándose a una fórmula conciliatoria bastante precaria.

Dos meses después se puso de manifiesto. Los miembros del consejo de redacción de La Emancipación y algunos otros enviaron el 2 de junio una circular a la secciones de la Alianza invitándolas a autodisolverse [287] Su intención seguramente era demostrar públicamente que la Internacional española estaba dirigida por aquella. No tuvieron éxito. Pocos días después, Mesa, Pagés y Lafargue eran expulsados de la sección de oficios varios de Madrid, siendo ratificada la misma por la federación madrileña el 9 de junio [288]. El Consejo Federal se inhibió alegando que no le incumbía.

La posición de Lorenzo era políticamente insostenible. Desde su asistencia a la Conferencia de Londres el año anterior y sus contactos con Marx y Engels se sintió moralmente al margen de la polémica, seguramente convencido de que podía actuar de mediador entre las dos posturas encontradas [289].

De todos modos su actuación fue honrada. Al menos esto se desprende de las confidencias que le hizo a Urales:
«Estando en los Doks, paseándome con el amigo Anselmo Lorenzo, este me dijo que, de querer, el sitio que ocupaba Pablo Iglesias, en el socialismo español, lo hubiera ocupado él, porque Lafargue, por indicación de Marx, a quien primero ofreció la jefatura del nuevo partido obrero o del partido obrero que se iba a formar fue a él. [290]»

Como miembro del Consejo Federal era sospechoso tanto a los unos como a los otros. En estas condiciones tomó la resolución de dimitir de su puesto de secretario del C.F. el 20 de junio.

Algunas semanas después - el 8 de julio - los disidentes fundaron la «Nueva Federación Madrileña» que no fue reconocida por el Consejo Federal en base a que ya existía una, pero si lo fue de inmediato por el Consejo General [291].

Era de hecho la escisión entre marxistas y bakuninistas que quedaría ratificada poco después en el Congreso de la Haya, a nivel internacional. El Congreso de Saint-Imier de carácter bakuninista y el de Córdoba en España consumarían dicha escisión definitivamente.

A raíz de este Congreso la «Nueva Federación Madrileña» creó un Consejo Federal con sede en Valencia. Los acercamientos entre republicanos federales y disidentes se manifestó en la conversión de El Cosmopolita - órgano de aquellos - en el portavoz «oficial» del intento de constitución de una nueva Federación Regional [292].

La falta de apoyo de base condenó al fracaso esta iniciativa El Congreso de Toledo [293] fue la muestra más palpable. Un mes antes había desaparecido La Emancipación, falta de lectores y atacada desde diversos ángulos [294]. A mediados de 1873 desaparecía también la «Nueva Federación Madrileña».

El Condenado por su parte siguió publicándose - salvo una suspensión de dos meses a principios de 1873 - hasta que fue suprimido definitivamente por la dictadura en enero de 1874.


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[269En una carta de Bakunin dirigida a España se lamentaba de esta falta de distinción entre ambas organizaciones que «se convierte en una causa de confusión y de desorganización, tanto para la una como para la otra», Nettlau, Miguel Bakunin…, op. cit., pag. 30
Diego Camacho, «L‘errore di Fanelli», Volontà (Milan), XL, n.4 (oct./dic. 1986), 98-107, lleva a cabo un interesante estudio de este hecho, manteniendo la tesis de que este error fue el origen de la confusión que en España ha habido entre anarquismo y sindicalismo. Para Clara E. Lida, Anarquismo y revolución en la España del XIX, Madrid, 1972, pag. 168, el error de Fanelli «se resolvería a partir de 1872 en sendos movimientos divergentes»

[270Lorenzo, op. cit., pag. 349, cit., por Nettlau, op. cit., pag. 135

[271O bien el reproche de Bakunin iba dirigido en otro sentido que de momento se nos escapa

[272Hay ya multitud de obras que se encargan de relatarnoslo, Cfr. Nettlau, op. cit., passim; Termes, op. cit., 148 y sgs.; Lida, Clara, E., Anarquismo y revolución, op. cit., pags. 162 y sgs., etc.

[273Anselmo Lorenzo, Morago y Francisco Mora

[274No conocemos el n.1 - aunque es muy probable que saliera el 19 de junio. El primero que se conoce es el n.3. Puede verse íntegro el programa del periódico que según Lorenzo salió de su pluma en, Lorenzo, op. cit., pags. 201-202 y en Revista de Trabajo (Madrid), n.30 (abr./jun. 1870), 225-226

[275Miguel Bakunin…, op. cit., passim

[276Op. cit., pag. 123 y en general todo el cap. X: «Los esfuerzos e intrigas de Lafargue para fundar el partido obrero español»

[277Flaquer, op. cit., 162. Hay que señalar que los miembros del cuerpo de redacción de La Emancipación, eran a su vez miembros de «La Alianza», ¿habría por eso que suponer que ellos también manipulaban?

[278Flaquer, op. cit., 162. Sobre todo a partir del conocido artículo de José Mesa titulado: «La política de la Internaciona»" (27 nov. 1871). Cfr. Clara E. Lida, Anarquismo…, op. cit., 164. En este mismo mes de noviembre se inició «una correspondencia epistolar entre Engels y Francisco Mora», Termes, op. cit., 155

[279Termes, op. cit., pag. 156

[280Flaquer, op. cit., pag. 172

[281En el n.10 (4 abr. 1872), 1, último publicado en esta primera etapa señalada, advertía a los corresponsales de provincia para que se pusieran al corriente de pago si en algo estimaban la vida del periódico

[282«A toda la prensa», El Condenado (Madrid), n.2 (8 feb. 1872), 1. Este periódico proponía un tribunal de honor formado por tres periódicos para juzgar la poco ética actitud de El Argos.

[283El Condenado (Madrid), n.2 cit. Este manifiesto fue encargado a F. Mora en la sesión del C.F. del 24 enero (Actas, I, pag. 96) y aprobado en la sesión del 31 (Actas, I, pag. 97). El manifiesto en Lorenzo, op. cit., pags. 197-200 o La Federación, n.130 (12 feb. 1872) o en Lida, Antecedentes…, op. cit. 202-208

[284Se dió cuenta de este hecho en la sesión de la C.F. del 1 abril 1872 y se acordó anularla hasta que el congeso de Zaragoza determinase (Actas, I, pag. 109). El motivo de la expulsión fue la carta que los redactores del periódico enviaron a la asamblea de los republicanos federales reunida en Madrid. Desautorizada por la Federación madrileña, Mesa la elevó a documento oficial al declarar que había sido enviada en nombre del Consejo Federal. Cfr. Clara E. Lida, Anarquismo…, op. cit., 164

[286En este congreso se nombró un nuevo Consejo Federal integramente partidario de La Alianza. F. Mora rehusó formar parte de él, pero no así Lorenzo, cfr. Termes, op. cit., 159

[287Termes, op. cit., 164

[288Ibid.

[289Lorenzo, op. cit., 283; 289 y sgs. y también pag. 315

[290Urales, Mi vida, op. cit., I, 146

[291Ibid.; Lida, Anarquismo…, op. cit., 165

[292Guillaume, J., L’Internationale. Documents et souvenirs, Paris, 1985, tomo III, 59-60, del informe de la Comisión Federal española al Consejo General de la Internacional en Ginebra, 1 septiembre 1873, cit., por Termes, op. cit., 174

[29315 al 18 de mayo de 1873. Asistieron apenas delegados de 5 federaciones locales. Cfr. Termes, op. cit., 174

[294Desde el congreso de Córdoba el periódico «autoritario» fue hostigado desde La Federación, El Condenado y también en la correspondencia de la C.F.