Portada del sitio > Tesis > 3.2.2/ Los órganos de las Uniones y secciones

anterior: 3.2.1/ La propaganda oficial: La Crónica de los Trabajadores de (...)
siguiendo: 3.3/ Las disidencias en el seno del anarco-colectivismo

Capítulo 3º

3.2.2/ Los órganos de las Uniones y secciones

La FTRE se estructuró siguiendo dos direcciones superpuestas. Por un lado en una misma localidad se creaban las secciones de oficio, las cuales formaban entre sí la federación local. Según el art. 5º de los Estatutos, no podían existir en una misma localidad dos secciones del mismo oficio, ni dos federaciones locales distintas. Esto dio lugar a múltiples expulsiones y desautorizaciones [475]

En una misma comarca las federaciones locales y secciones celebraban congresos anuales, eligiendo al consejo comarcal que representaba a la citada comarca.

A nivel nacional - Regional según la terminología universalista de la época - se celebraban congresos también anualmente. En ellos los representantes de las secciones y federaciones locales elegían a la comisión federal.

Paralelamente las secciones de un mismo oficio podían unirse nacionalmente formando las uniones del oficio correspondiente, las cuales celebraban también congresos - generalmente anuales - donde era elegido el consejo de la Unión.

En el congreso de Sevilla, celebrado los días 24 a 26 de septiembre de 1882, la FTRE alcanzó la cima de su apogeo. Asistieron 254 delegados de 495 secciones [476]. Los afiliados oscilaban entre 30 000 y 60 000. En la memoria que la C.F. presentó al Congreso de Valencia un año después se indicaba que existían once uniones de oficio, 14 federaciones comarcales, 222 federaciones locales y 539 secciones. A partir de aquí la decadencia sería manifiesta [477].

No todas las uniones y mucho menos las secciones tuvieron órgano propio en la prensa, pero sí hubo bastantes.

El Noógrafo

La Unión de obreros noógrafos celebró su primer congreso en octubre de 1872 en Barcelona [478]. En él se decidió la publicación de un boletín oficial de la expresada unión [479].

A raíz de la puesta fuera de la ley de la Internacional quedó desorganizada hasta la vuelta a la vida pública de la misma, empezando de inmediato los trabajos de reorganización.

Del 22 al 25 de julio de 1882 se celebró en Gracia el congreso de la «Unión de Noógrafos». En él fue acordado por unanimidad entrar a formar parte de la Federación Regional, así como también sus secciones [480]. Igualmente se acordó la publicación de El Noógrafo, quedando «elegida la sección tipográfica de Sabadell, para su administración y publicación, de acuerdo con la de Barcelona, encargada de su redacción, la que, a su vez lo redactará en unión de la comisión administrativa [481]

La revista se publicó efectivamente el 15 de septiembre de 1882, pero no pasó del primer número. Pulcramente presentada y «suntuosamente impresa [482]», sus dieciséis páginas están repletas del extracto de las actas del Congreso, Estatutos y un largo manifiesto. La correspondencia debía dirigirse a Indalecio Cuadrado, San Bartolomé, 26, Valladolid y Josep Llunas, Petrixol, 1, 4º, Barcelona.

Ignoramos los motivos por los cuales cesó en su publicación, si es cierto - como suponemos - que únicamente llegó a ver la luz el primer número [483].

La Asociación

Los obreros del ramo de la tipografía constituyeron desde los inicios de la Internacional su sector más avanzado. El tipo de trabajo que desarrollaban les permitía una cierta ilustración y un contacto permanente con las inquietudes culturales del momento [484].

Muchos de los obreros que integraron los primeros núcleos de la AIT española eran tipógrafos.

Después de la desorganización que supuso la puesta fuera de la ley de la Internacional, en Barcelona, cinco años después, comenzaron a manifestarse los primeros signos de actividad.

El 15 de agosto de 1879 se constituyó la Sociedad Tipográfica después de una reunión preparatoria que tuvo lugar el 29 de junio [485]. En esta organización - de tendencias puramente obreristas - se integraron una gran parte de los tipógrafos anarquistas barceloneses.

Paralelamente se reconstituía la «Sociedad Solidaria de obreros impresores» de Barcelona que se habían desorganizado a raíz de la victoria conseguida en la huelga de 1872 y los acontecimientos posteriores. Algunos de ellos continuaron manteniendo el esqueleto de la sociedad. En cuanto las condiciones lo permitieron se organizaron de nuevo e incluso estuvieron representados en el Congreso de la Unión de Noógrafos que se celebró en Gracia en julio de 1882 [486].

Esta sociedad mantuvo contactos con miembros de la Sociedad Tipográfica con el fin de buscar la fusión de ambas. En una primera asamblea - a la que no asistieron los directores - se acordó la unión en principio.

Posteriormente, en una segunda asamblea, algunos miembros de la «tipográfica» y los de la «Solidaria» constituyeron definitivamente «La Sociedad de Obreros Tipógrafos de Barcelona [487]».

Esta sociedad se componía de cuatro comisiones que la regían: administración, socorros, relaciones e iniciativa; de dos periciales: composición y estampación y de cuatro generales: sociología, defensa y estadística, instrucción, recreo y asistencia [488]

En ella se reunió lo más granado del anarquismo barcelonés. La «flor y nata» en palabras de Nettlau [489]: Rafael Farga Pellicer, Josep Llunas, Edualdo Canibell, Antonio Pellicer y con ellos también Anselmo Lorenzo, junto con otros muchos [490]. El primero de ellos era además el director de la tipografía de Evaristo Ullastres donde se imprimía la revista y estaban empleados la mayoría [491].

Poco después de constituida la sociedad [492], aparecía el primer número del que durante siete años iba a ser su órgano de expresión: La Asociación. Según las notas manuscritas de Canibell [493], Antonio Pellicer «dirigía y redactaba en parte el periódico». Aquél fue también secretario de la comisión de redacción [494]. La tirada inicial fue de 800 ejemplares, la cual quedaría regularizada en unos 500 [495].

La revista - muy cuidada y pulcramente presentada - sostuvo una línea informativa centrada en la vida de la sociedad y sus relaciones con las demás sociedades tipográficas [496]. Prácticamente se mantuvo al margen de las polémicas y las crisis que afectaban a la FTRE [497]. únicamente en sus postrimerías fue publicada una aguda crítica de Lorenzo que ponía de manifiesto la creciente oposición a sus formas de organización [498].

La Federación Igualadina

El movimiento obrero igualadino había experimentado un crecimiento considerable a principios de la década de los ochenta. La huelga que los tejedores de esa ciudad mantuvieron con intermitencias desde junio de 1881 a marzo del año siguiente [499] contribuyó a ello poderosamente, radicalizando sus posiciones.

La intensa campaña propagandística llevada a cabo por la FTRE en las comarcas barcelonesas fue un factor decisivo en su inclinación al anarco-colectivismo [500].

Esta efervescencia obrera debía necesariamente conducir al planteamiento de disponer de un órgano propio en la prensa. Así fue decidido por los delegados del consejo local de las secciones obreras en el mes de febrero de 1883 [501].

Los redactores que se nombraron eran todos miembros de las diferentes secciones y la mayoría de ellos habían sido destacados dirigentes de la huelga de 1881-1882 [502].

A pesar de ser un órgano local, su difusión rebasó las fronteras de la comarca, llegando a muchos puntos de Cataluña y España. Así nos lo confirma su larga permanencia en la tribuna de la prensa - 128 números que lo convierten en el órgano de secciones de más larga duración [503].

Nos lo confirma también Joan Ferrer: «publicació notable, car ultrapassá el limit comarcal en extendre’s per arreu de Catalunya i part de Espanya», llegando a alcanzar «un tiratge de 5000 exemplars, cosa gens menyspreable per l’epoca [504]. únicamente La Federación Igualadina y La Autonomía lo publicaron. No obstante a diferencia de ésta última no cayó en ataques personalistas o en críticas carentes de fundamento.

Sus páginas se llenaron de artículos doctrinales junto a comunicados oficiales de las Uniones, secciones o federaciones. Informaba puntualmente de las huelgas de que tenía noticia y era eco fiel de cuanto acontecía en la comarca referente al mundo del trabajo. En ningún momento se decantó por uno u otro bando en la crisis desatada a raíz del Congreso de Valencia (1883) y el posterior extraordinario de Barcelona (1884).

No aludió en absoluto a este último congreso citado, ni tampoco al que la oposición convocó en Madrid en mayo del año siguiente para revocar el artículo 4º de los acuerdos de aquél (la retirada al monte Aventino).

A pesar de todo ello el congreso comarcal valenciano, celebrado en Alcoy entre el 18 y el 20 de junio de 1885, en el tema XIII de la orden del DIA del Congreso Regional (este decía: «Todos los periódicos anarquico-colectivistas de nuestra Región, ¿han cumplido con la proposición 6ª de las generales que aprobó el Congreso extraordinario? En caso negativo, ¿debe la Federación de Trabajadores prestarles su apoyo?»), dictaminó: «Que el congreso acuerda haber visto con disgusto la conducta observada por La Federación Igualadina y aconsejándola no vuelva a hacerse eco de nimiedades que pueden traer la perturbación [506]

No conocemos con detalle las causas de su desaparición, pero es probable que la crisis de la FTRE influyera en ello (Ferrer lo llama "abandono administrativo"), unida a la epidemia de cólera de ese año 1885 [507].

El Eco de Toneleros

De entre todas las secciones organizadas de toneleros, la primera en ingresar en la FRE fue la de Tarragona [508] - una de las más importantes.

El primer congreso se reunió en Reus a principios de diciembre de 1872 decidiendo su ingreso en la Asociación y constituyéndose como Federación del oficio de toneleros [509].

Sus núcleos más importantes se encontraban en Cataluña y Valencia. En la primera localizadas principalmente en Tarragona y pueblos cercanos: Reus, Torredembarra y Montblanc [510].

Su segundo congreso se celebró también en Reus en marzo de 1873. Estuvieron representados 1540 oficiales y 392 aprendices asociados [511].

Esta Federación consiguió seguir actuando a pesar del decreto de disolución de la Internacional en 1874, aunque desde finales de 1876 había dejado de mandar sus cuotas a la Comisión Federal [512].

En la reorganización de la Internacional en 1881 - como FTRE - la Federación de Toneleros pasó a ocupar un lugar destacado.

Sin embargo no tuvo órgano de expresión propio hasta 1887. El Eco de Toneleros apareció con toda probabilidad para servir de enlace entre las diferentes secciones que formaban la Unión. Pocos números han llegado a nosotros, pero de ellos se deduce que sus páginas estaban dedicadas casi exclusivamente a insertar comunicados oficiales e informaciones sobre las huelgas [513], crónicas obreras, etc.

Fue una publicación itinerante. Comenzó publicándose en Sans, pasando más tarde a San Martín de Provençals. Después se trasladaría a Tarragona [514].

La Federación de Toneleros continuó organizada a pesar de la disolución de la FTRE, aunque adoptando posturas cada vez más sindicalistas [515]. En abril de 1893 celebró en Tarragona su 21º Congreso [516] y en 1902 reapareció su órgano en la prensa [517].


anterior: 3.2.1/ La propaganda oficial: La Crónica de los Trabajadores de (...)
siguiendo: 3.3/ Las disidencias en el seno del anarco-colectivismo

[475En el conflicto con La Autonomía y la Federación Local sevillana, se constituyó, al margen, la federación de La Macarena, reconocida oficialmente. Automaticamente la otra federación local quedaba desautorizada y también su órgano de expresión. Anselmo Lorenzo, firmando L., escribe en La Asociación (Barcelona), 30 (28 feb. 1886) el artículo «La Organización Obrera», en el cual critica acerbamente este aspecto de la organización pareciéndole que el exclusivismo era la causa de la decadencia. Pero ya era demasiado tarde. Este artículo fue escrito casi al mismo tiempo que el célebre manifiesto del 23 febrero 1886 y - como señala Nettlau, op. cit., 392 - marca el reingreso de aquél en el movimiento.

[476Nettlau, La Première…, op. cit., pag. 400

[477Ibid.

[478Cartas…, op. cit., I, 185

[479Boletín de la Unión de Noógrafos (Barcelona). En los primeros números publicó las actas y resoluciones del referido congreso; vid., la ficha de este periódico en el vol. II, tomo 1, pag. 57. No nos han llegado ejemplares

[480Extracto de las actas, El Noógrafo (Barcelona), 1 (15 sep. 1882), 2

[481Id., pag. 4

[482Nettlau, La Première…, op. cit., 390

[483Así lo cree Arbeloa, quien afirma que ello fue debido al estado precario de la Unión, vid., Morato, Líderes…, op. cit., 161, nota 8

[484Termes, Anarquismo y sindicalismo, op. cit., 290

[485Id., 291

[486Manifiesto del Congreso de los obreros noógrafos, El Noógrafo (Barcelona), 1 (15 sep. 1882), 15

[487La Asociación (Barcelona), 2 (28 oct. 1883), cit. por Arbeloa, Revista de Trabajo (Madrid), n.30 (abr./jun. 1970), 123 y Cuadernos de Historia Económica de Cataluña (Barcelona), VIII (1972), 121-123

[488Id., n.1 (9 sep. 1883), cit. por Arbeloa, id.

[489Nettlau, La Première…, op. cit., 391

[490La sociedad contaba 138 miembros en enero de 1884. Puede verse una lista en La Asociación (Barcelona), del 27 enero 1884 y en Nettlau, op. cit., 391-392

[491Nettlau, op. cit., 390

[492«El Reglamento» de la misma (Barcelona, 10 jun. 1883; firmado por J. Llunas y P.; Luis Gili; J. Casanovas) fue aprobado por el gobernador de la provincia de Barcelona el 19 enero 1884

[493Nettlau, La Première…, op. cit., 392

[494La Asociación (Barcelona) del 27 enero 1884, cit. por Nettlau, op. cit., 392

[495Nettlau, ibid.

[496Nettlau, op. cit., 391-393

[497No perteneció nunca a la Unión de Noógrafos. Una proposición para sumarse a ella presentada por P. Esteve y A. Saver el 27 enero 1886, fue retirada en una de las sesiones siguientes para no provocar escisiones. Cfr. La Asociación (Barcelona), 47 (31 jul. 1887); 48 (31 ago.), cit., por Arbeloa, Cuadernos de Hª Económica de Cataluña, cit.

[498«La Organización Obrera», n.30 (28 feb. 1886), cit., por Nettlau, op. cit., pag. 392

[499Izard, Industrialización y obrerismo, op. cit., 135

[500Izard, ibid., habla de causas desconocidas, pero creemos que los mitines y conferencias de los miembros de la federación local barcelonesa tuvieron una participación destacada en este giro ideológico. Véase en Joan Ferrer, Costa Amunt. Elements d’historia social igualadina, París, 1975, pag. 45, los adheridos a la FTRE en Igualada representados en los congresos de Barcelona (1881) y Sevilla (1882)

[501Joan Ferrer, op. cit., 50

[502Izard, op. cit., 136. El consejo de redacción estaba formado por «Pere Font i Poc, Frederic Carbonell i Barral, Bonaventura Botines i Codina, Lluis Llansana i Pere Marbà Cullell», Ferrer, op. cit., 50, cit. por Miret i Solé, Mª Teresa, La premsa a Igualada (1808?-1982), Barcelona, 1983, I, 78. Ferrer, op. cit., pags. 51-52, inserta pequeñas biografías de los componentes de la redacción

[503A pesar de que algunos no le dieron de vida más allá de diez números, Ferrer, op. cit., 50

[504Ferrer, op. cit., 50].»
Quizá sea natural, dado el entorno en el que surge y los sectores obreros que lo apoyan, que adopte una posición anarco-colectivista "ortodoxa" muy próxima a Revista Social. Pero a pesar de todo supo conservar una posición independiente que pronto la situó en terreno muy crítico. Revista Social se negó a insertar en sus páginas el Proyecto de Estatutos redactado por la F.L. de Gracia[[<505>Fue uno de los primeros intentos de reforma de los estatutos de la FTRE considerados en general muy autoritarios y que fueron el caballo de batalla contra la Comisión Federal

[506La Federación Igualadina (Igualada), 125 (17 jul. 1885), 3

[507Ferrer, op. cit., 51; La Tramontana (Barcelona), (18 sep. 1885) anuncia su suspensión. Un último número que habían anunciado no pudo ser publicado, cit., por Nettlau, La Première…, op. cit., 421

[508Cartas, Comunicaciones, op. cit., II, 208. Tuvo lugar alrededor de finales de noviembre de 1872

[509Id., pag. 305

[510Termes, Anarquismo y sindicalismo, op. cit., 247

[511Ibid. y Cartas…, op. cit., III, pags. 38-39

[512Termes, op. cit., pag. 253, nota 8 y 276, nota 58

[513La huelga de toneleros del Grao de Valencia tuvo una gran resonancia y fue activamente apoyada por la Unión. Cfr. n.6 (30 oct. 1887), 1-2

[514Ignoramos si se publicó en alguna otra localidad, aunque es muy probable

[515El Productor (Barcelona), 290 (17 mar. 1892), 2, vierte interesantes opiniones en contra de la Federación

[516El Productor (Barcelona), 359 (13 jul. 1893), 4

[517El número 82. Cfr. Tierra y Libertad (Madrid), 179 (18 oct. 1902), 2 y Virgili i Sanromà, J.P., Tarragona i la seva premsa, Tarragona, 1980, I, 72