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Agradecimientos

Una tesis como la que aquí presento ha tenido que servirse necesariamente de la colaboración de muchísimas personas.

En primer lugar aquellos que me precedieron en esta tarea: Nettlau, Lamberet, Arbeloa, etc.

En segundo lugar el propio director de la misma, Josep Termes y también el profesor Álvarez Junco, me han prestado una valiosa ayuda con sus indicaciones y sugerencias.

Por otro lado, he tenido que recorrer necesariamente muchísimos archivos, bibliotecas y hemerotecas. Debo dejar constancia de que en todos ellos he tenido un trato amable y simpático que me ha resultado muy estimulante. No quiero dejar de citar a Carmen Illa, directora de la biblioteca Arús de Barcelona o a Inmaculada y Ana de la misma institución, cuya paciencia para mis constantes demandas fue ejemplar.

A los compañeros del Centro de Documentación Histórico Social, Núñez o los hermanos Aissa y tantos otros a los que me une una buena amistad. A Gloria Porrini y Pilar y en general a todo el personal de la Hemeroteca de Barcelona. A Pilar Adan de la Hemeroteca de Madrid y a todos los empleados de la misma.

Rudolf de Jong y Thea Duijker, del Instituto de Historia Social de Amsterdam, me atendieron siempre con gran generosidad. O Justo Fernández del mismo Instituto, cuya hospitalidad y ayuda agradezco. Las ayudas y atenciones de Aurelio Chessa, responsable del Archivo Berneri de Pistoia, han sido constantes.

A Marianne Enkell del CIRA de Ginebra y a los compañeros de la Fundación Salvador Seguí de Madrid.

A los responsables del Institut d’Estudis Vallencs, en especial a Antoni Gavaldà. Lo mismo podemos decir de la Fundación Pablo Iglesias; el Archivo de Salamanca o la Hemeroteca de Valencia. En esta última, a pesar de sus deficiencias, por falta de personal o servicios de reproducción, no me faltaron las atenciones de su directora Isabel Guardiola.

A Merche, Margarita y el Sr. Moret, de la biblioteca de la Universidad Literaria de Valencia, que me facilitaron toda clase de ayuda para la reproducción del material. María Alemany, de la Biblioteca Pública de Palma, no dudó en poner a mi disposición material inédito.

En aquellos archivos a los cuales no pude acceder por motivos espacio-temporales, debo agradecer que me facilitasen la reproducción del material que me interesaba. En especial a Miret i Solé de la Biblioteca Pública de Igualada; al Sr. Peris del Archivo Municipal de Reus. En otros me facilitaron listas de sus existencias ante la imposibilidad de mandarme el material reproducido.

No quiero dejar tampoco de citar a la inefable y cariñosa Antonia Fontanillas, cuyo inmenso caudal de información se desprende generosamente de todos sus poros. Ni tampoco a Diego Camacho - más conocido como Abel Paz - por su inestimable ayuda. Igualmente debo al Sr. Cusachs informaciones inéditas sobre la prensa del Maresme. Y a Eulalia Vega sobre la prensa leridana.

Por supuesto no puedo dejar de recordar a Eduardo Adsuar. Juntos elaboramos, hace ya muchos años, una lista de periódicos anarquistas dispersos en diversas obras y catálogos: Díaz del Moral, Lamberet, Álvarez Junco, Arbeloa, Bizcarrondo, etc. Supuestamente, esta lista debía haber sido publicada por L’Avenç; pero solo bastantes años después ha encontrado por fin quien la publique (Anthropos).

Poco podía imaginarme entonces que aquel primitivo interés se habría de transformar en una obra de esta envergadura.

La agrupación cultural Alzina de Alicante, uno de cuyos miembros - Miguel Ángel - está elaborando un catálogo de la prensa anarquista del País Valenciano, me ha prestado en todo momento su ayuda desinteresada.

Por último agradecer a mi compañera y a mis amigos - en especial Rosa y Ana - su ayuda y su paciencia para aguantar mis constantes estados de ansiedad y mis neurosis obsesivas de los últimos años, fruto de un trabajo que lleva en sí el germen de la locura.

Seguramente muchos otros se habrán quedado inexorablemente en el tintero. A todo ellos mi más sincero agradecimiento.

Paco Madrid


El periodismo es un infierno, un abismo de iniquidades, de mentiras y traiciones, que no se puede atravesar y del que no se puede salir puro, a no ser protegido, como Dante, por el divino laurel de Virgilio
Balzac

La prensa es el mejor elemento para instruir a los pueblos, pero mientras esté en manos de bandidos políticos y ladrones banqueros, solo servirá para perturbarlos
E. Zola

Es vano buscar los orígenes del poder de la prensa; los gobiernos lo intentaron cuando la prensa empezó a atribuirse la representación de la opinión pública, y no hallando solución satisfactoria, optaron por perseguirla o dominarla. La multitud, opuesta por instinto a la conducta de sus gobernantes, ha reclamado constantemente la libertad de la prensa
Max Nordau


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